miércoles, 25 de julio de 2012

Dios se expresa en la unidad de sus hijos

1Co 1:10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Lectura bíblica Salmo 133:1-3 !!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna. Este Salmo es cantado con las más varias melodías y memorizado por muchos, y es apreciado por los cristianos en todo el mundo. En este Salmo no encontramos las palabras “Dios” o “Padre” sino que vemos los “hermanos” y la “unidad”. Si son hermanos es porque son hijos del mismo Padre y co-participantes de la naturaleza del Padre. Mediante el nuevo nacimiento, el creyente llega a ser un participante de la naturaleza divina y de la vida de Cristo mismo. Isa 64:8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. De los buenos padres terrenales podrá decirse que siempre aman, pero no se puede decir que siempre viven. Solo Dios es nuestro Padre amante, y eterno. En este versículo también vemos “juntos en armonía” lo que nos hace recordar que, así como Dios es uno y su esencia es la unidad. El Señor Jesús dijo al Padre: Juan 17:22-23 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Porque somos hijos de Dios, somos llamados hermanos. En este ambiente donde todos somos hermanos, no hay jerarquía, no hay puesto o posiciones especiales; Cristo es todo y en todos. “Habitar los hermanos juntos. ¡Juntos en armonía!”. David declaró que la armonía es deliciosa y buena. Es lamentable, pero la armonía no predomina en las Iglesias como debería. Las personas están en desacuerdo y causan divisiones por asuntos muchas veces sin importancia. Algunos parecen deleitarse en provocar tensiones al desacreditar a otros. La “armonía” es importante porque: 1) Hace que la iglesia sea un ejemplo positivo ante el mundo y ayuda a traer a otro a gustar de lo deliciosa y buena que es la armonía. 2) Nos ayuda a cooperar como un cuerpo de creyentes dando a conocer la unidad porque somos hijos del mismo Padre. 3) La “unidad” nos renueva y evita que no haya tensiones entre nosotros que mine nuestras energías. Abundancia de bendiciones otorgadas a los elegidos Efesios 1:3-5 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, Dios nos escogió antes de la fundación del mundo. ¡No somos hijos adoptados de Dios. Si no sus hijos legítimos! Un hijo adoptado recibe el nombre del Padre adoptivo, vive en su casa, sin embargo no tiene su sangre, ni su vida. En relación a los que recibieron al Señor Jesús, el Nuevo Testamento es muy claro, mostrando que estos nacieron de Dios y son participantes de la naturaleza divina (Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios) dice que somos hechos hijos de Dios no por haber nacido de sangre ni voluntad de carne, ni de voluntad de varón sino de Dios. 2° Ped. 1:4 declara que somos “participantes de la naturaleza divina”. ¡Verdad que todo esto es maravilloso! (2 Pe 1:4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;) La unción es para el cumplimiento del ministerio dado por Dios. Exo 30:30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. En la biblia ser ungido con óleo implica la comisión para cumplir un ministerio dado por Dios. En el Antiguo Testamento dos tipos e personas eran ungidos con óleo para cumplir un ministerio: los reyes y los sacerdotes. (Sal 133:2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras;) Vemos este óleo derramado sobre la cabeza de Aarón, el sumo sacerdote del pueblo de Israel. Sabemos que Aarón es un tipo del Señor Jesús. Él era el sumo sacerdote que ofrecía sacrificios por la propiciación de los pecados del pueblo de Israel. El Señor Jesús, es el sumo sacerdote según el orden de Melquisedec, un sacerdocio superior y eterno. (Heb 5:5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. ; 7:11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? ; 8:11 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,). Fue Él quien ofreció un sacrificio único y perfecto por los pecados de todos los hombres, siendo El mismo el verdadero sacerdote, ofrenda y tabernáculo. El óleo en la Biblia, siempre se refiere al Espíritu Santo. Así como Aarón fue ungido con óleo para cumplir un ministerio recibido de Dios, también el Señor Jesús fue ungido con el Espíritu Santo antes de iniciar su ministerio en esta tierra. Al llegar a los 30 años, Jesús fue Bautizado por Juan el bautista y, al salir del agua, el Espíritu Santo bajó sobe El ungiéndolo para el ministerio. Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. (Heb 8:6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.) “Es como el buen óleo sobre la cabeza” El óleo que fue derramado sobre la cabeza de Aarón, descendió hasta el borde de sus vestiduras sacerdotales, es decir; el óleo que ungió la cabeza descendió ungiendo todo el cuerpo, Cristo es la cabeza, la iglesia es el cuerpo. (Col 1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;) En el día de su Bautismo, el Señor Jesús fue ungido por el Espíritu Santo, y en los días de Pentecostés y de la visita de Pedro a la casa de Cornelio, su cuerpo fue ungido con el mismo Espíritu. Nosotros los miembros del cuerpo de Cristo, estamos identificados con la cabeza ¡Que maravilloso!. Por el simple hecho de haber sido hechos miembros de este cuerpo, estamos bajo la misma unción (1Co 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu). Sin embargo, no debemos olvidarnos que la unción es para el cumplimiento de su ministerio. El Señor Jesús, antes de ser bautizado, ya tenía el Espíritu Santo, pues El había sido engendrado del Espíritu Santo (Mat 1:18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo). Y era el propio Dios en la tierra (Mat 23). No obstante para iniciar su ministerio terreno. El aún necesitaba ser ungido con el Espíritu de Poder. Desde ese momento El comenzó a predicar el reino, a sanar enfermedades, expulsar demonios, resucitar muertos y hablar con autoridad la palabra de Dios. En la noche del día de la resurrección Jn 20:19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Jn 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. ¿Por qué soplo y dio el Espíritu? 1) “2Co 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2) Mat 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. 3) Con el soplo del Espíritu Santo no podían echar fuera demonios, sanar enfermos, limpiar leprosos, etc. 4) “Gen 2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” 8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado… Para que labrase la tierra”. Pero le mostró un árbol ahí está el poder con el cual podía hacer frente a la tentación del Diablo. Aarón fue ungido para ser un sacerdote. El sacerdote es alguien que lleva a las personas Dios. Nosotros también fuimos hechos sacerdotes (Apo 1:6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.; 1Pe 2:9 Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;) como tales debemos ofrecernos nosotros mismos como holocausto a Dios. Nuestra vida tiene valor, Pues vivimos para el cumplimiento del propósito eterno de Dios. El precioso óleo derramado sobre la cabeza, descendió ungiendo todo el cuerpo. Esto nos pone, como miembros de su cuerpo, bajo la misma unción: por lo tanto, tenemos la misma comisión en este ministerio. (Efe 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo) Nos dice que la “obra de ministerio” es “para la edificación del Cuerpo de Cristo”. Como miembros vivos de Cuerpo de Cristo, todos debemos funcionar en las reuniones de la iglesia, teniendo como único objetivo la edificación del Cuerpo de Cristo. (1Co 14:26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.; Efe 4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. ) Si aún estamos llenos de nuestro hombre natural, Dios no podrá encargarnos la obra del ministerio. De este modo no habrá edificación ni tampoco vencedores. Un vencedor es alguien cuya alma está totalmente saturada por el Espíritu Santo (Sal 105:4 Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro). Sal 133:3 Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna. ¿Qué tipo de bendición envía El Señor a su pueblo? Es la bendición prometida desde el principio a Abraham, cuando Dios lo llamo fuera de su tierra. (Gen 12:3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.) Gal 3:14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Pablo nos dice que la bendición que el Señor le había prometido a Abraham, que también llegó a los gentiles, era el Espíritu. También en Juan 6:6 el Señor Jesús dijo que sus palabras “son Espíritu y son vida” “el Espíritu que da la vida” (1Co 15:45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.) En otras palabras, la bendición que el Señor envía es el Espíritu y la “vida eterna” también es el Espíritu. (vs. 3) “Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion” El Salmo 132:13 dice “Porque Jehová ha elegido a Sion; La quiso por habitación para sí.” Aquí vemos que hay solo un lugar para que el pueblo de Dios le sirva y reciba de El la bendición y la vida eterna. Ese lugar es Sión; un tipo de iglesia. Deu 12:4 No haréis así a Jehová vuestro Dios, 5 sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis. 6 Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; 7 y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido. 8 No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece, 13 Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres; 14 sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando. Efe 1:8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. 11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. Efe 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, ¿Cómo es el dispensar del Espíritu en nosotros? Puede ser como el soplar del Señor (Jn 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.) o como un viento recio (Hch 2:2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;) o como una lluvia tardía (Zac 1:1 Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno.) O como lenguas de fuego (Hch 2:3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.). Sin embargo en el Salmo 133, el Espíritu es diferente del Espíritu de Pentecostés. Aquí el Espíritu es el rocío. El rocío desciende todos los días antes del amanecer. En el día de Pentecostés la situación exigía que el Espíritu viniese como poder y autoridad sobre los discípulos. Por otro lado, necesitamos diariamente experimentar al Espíritu en nosotros como el rocío. El rocío desciende sobre nosotros sin darnos cuenta. ¡Es algo tan suave, refrescante y agradable!. El Espíritu como el rocío de la mañana viene todos los días a nosotros, regándonos y refrescándonos para que enfrentemos las asperezas del día. Experimentándolo así, el caliente sol del día no nos secará. Si recibimos el dispensar del Espíritu por la mañana, disfrutando la palabra de Dio, orando en el Espíritu, somos fortalecidos y animados para reinar en vida durante el día. (Rom 5:17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.) Efe 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Cuando fuimos salvos, Dios puso Su Espíritu en nosotros como un sello para marcarnos, indicando que ahora pertenecemos a Él, Amen. Iglesia de Jesús tiene la plena seguridad que por medio de Jesús ha de salvar a este mundo, Aleluya. Job 38:28 ¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío? La lluvia tiene Padre que es Dios. Incluso las gotas de rocío del Dios de la naturaleza, así como proviene del Dios de la gracia la justicia que hace llover sobre nosotros como el rocío sobre Israel. Es lluvia para bendición, que añade una tremenda responsabilidad para quien endurece se vuelve impermeable a la gracia (Heb 6:8) Pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada. Note Usted “produciendo espinas y abrojos de maldad, en lugar de la buena cosecha de los frutos del Espíritu. Gal 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Deu 32:2 Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba; Aquí, se trata del ministerio abundante, refrescante y fertilizador de Israel a las naciones. Como el rocío vendrá de arriba, no vendrá de hombres, sino de Dios por pura gracia. La unidad de los hermanos es presentada como algo tan precioso como el aceite de la consagración sacerdotal y Tan refrescante como el rocío e la mañana. Porque somos hijos de Dios, somos llamados hermanos. En este ambiente donde todos somos hermanos, no hay Jerarquía, no hay puestos o posiciones especiales, Cristo es todo y en todos. Ahora como hermanos debemos habitar juntos en armonía. La “Unidad” nos renueva nos evita que haya tensiones entre nosotros que minen nuestras energías. Bien hermanos permanezcamos unidos. Unidos tendremos la bendición del Señor. Apóstol José Ignacio Fuentes Iglesia de Dios Voz en el Desierto